Eduardo Pinto finalmente tomó las riendas de la selección de baloncesto femenina de Venezuela. La pandemia complicó el proceso y tras más de un año desde su nombramiento ya se encuentra trabajando con las muchachas.
Pinto llegó al país el martes 4 de abril y de inmediato comenzó su trabajo presencial en el Centro Nacional para el Desarrollo del Baloncesto “El Poliedrito” con las convocadas para hacer vida en la AmeriCup, torneo más próximo de la selección.
“Hay jugadoras jóvenes con muchas condiciones, con proyección, siempre y cuando entren en un proceso de trabajo continuo. Más allá de las falencias, lo cual es lógico en las circunstancias que estamos viviendo, el grupo me causó una buena impresión”, fueron las primeras declaraciones del entrenador al departamento de prensa de la Federación Venezolana de Baloncesto.
La pandemia hizo que se retrasaran muchos planes deportivos y la rama femenina no escapó de eso. El estratega manifestó que estuvo en contacto con ellas y junto a su cuerpo técnico dió un plan de trabajo para que llegaran lo más en forma posible, tomando en cuenta que muchas no estaban en play.
Durante el tiempo que no pudo ejercer funciones en los tabloncillos con el combinado patrio debido al Covid-19, el coach argentino se enfocó en, además de planificar el futuro, comunicarse con las jugadoras, saber cómo estaban, hablar de sus ideas y el enfoque que le quiere dar a la selección, partiendo de que la defensa y la intensidad son pilares fundamentales de su metodología y para ello es necesario tener una buena condición física.
“Hablamos de mi forma de ver el baloncesto y lo que quiero implementar. Tuve una buena recepción de su parte y se produjeron varios intercambios de ideas, especialmente con las más experimentadas”, aseveró.
El entrenador argentino tiene claro que Venezuela irá a competir de gran manera a la Copa América, sabiendo que Estados Unidos y Canadá están por encima del resto. Más allá de lo deportivo, el principal mensaje que ha dado a sus jugadoras en las primeras de cambio es que se deben cumplir las normas de bioseguridad, porque un contagio significa perderse dos semanas de trabajo como mínimo.
“Si podemos mantenernos sanos y llevar a cabo lo planificado en estás seis semanas, vamos a tener un equipo competitivo. Es un equipo que para doblegarlo tendrán que luchar. Las muchachas van a estar a la altura de las circunstancias y pueden llegar a ser una sorpresa en el torneo. Eso lo estoy firmando hoy”.
Eduardo Pinto se caracteriza por ser un entrenador de procesos, algo que según él considera la única forma de trabajar si se quieren lograr los objetivos y es lo que espera hacer con el baloncesto femenino en el país.
Si bien el foco está puesto en la selección mayor, Pinto tiene en su planificación abarcar las categorías inferiores, algo que ya ha trabajado en Argentina, Ecuador y Bolivia.
“Hay que crear una cultura de trabajo, de entrenamiento a nivel de selección y esos principios llevarlos a cada ciudad y que cada entrenador encargado de formar jugadoras tienen que conocer lo que nosotros queremos”, sentenció.
Asimismo, aseguró que existe un trabajo en conjunto con Fernando Duró, entrenador de la selección masculina, para que se unifiquen ambas ramas en todos los proyectos, por ejemplo Plan Altura, captación de talentos en las distintas regiones del país, entre otros, para que estos cubran también al femenino.
“La idea es que esto se pueda mantener en el tiempo. Que a los 11-12 años se empiece a detectar a los talentos, no solo el talento técnico, sobre todo el de biotipo, algo que necesitamos tanto en el femenino como en el masculino. Eso lo hemos hablado mucho con Ronald Guillén”, afirmó el piloto de 61 años.
Pinto espera la llegada en los próximos días de las jugadoras que están en el exterior para seguir dándole forma al conjunto nacional.
De igual forma, manifestó su agradecimiento a la FVB y a su compatriota Fernando Duró por esta oportunidad de trabajar con el combinado femenil y ayudar al crecimiento e integración de más mujeres a la disciplina.
También invitó a que los aficionados apoyen a las muchachas en este proceso. “Es fundamental eso, para que ella sientan que van acompañadas ya que no es un camino fácil y menos lo es salir a competir internacionalmente”, finalizó Pinto.